miércoles, 7 de octubre de 2009

SONETO A MAMÁ



Eres el blanco balcón de mi vida.
De tu alerito al mundo miré;
Cuántas las veces ante ti lloré,
con tu ternura, llenaste mi vida.

¿Cuándo crecerá mi pequeño niño?
en blanca cartita al cielo implorabas.
La fe, el amor, la esperanza dejabas;
para que nunca esfume, tu cariño.

Tus cuentos de cuna no los olvido.
Tus sabios consejos, luz encendida.
Mi personalidad: ¡Tu obra MAMÁ!

Son tus brazos mi fuerza bendecida,
que en mi dolor, me reciben MAMÁ.
¡Nunca me faltes!...a DIOS se lo pido.

D.R.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

TENGO QUE VISITARTE



Ya que por siempre o algún tiempo,
no podía guardar la soledad entre
las hojas verdes del camino:
¡Tengo que visitarte!
Antes que me olvide de tu sonrisa.

Hoy recojo esa rosa plantada
en el jardín de la espera;
en su tallo siguen las espinas prestas
a destruir todo cuanto acerca malévolo.
Y tienen huellas.

Y el amor huella de la primavera,
muestra su rostro invadido de juventud...
Y el rosario de penas en las auroras,
mitiga elocuente oración en mi poema;
porque a pesar de todo, regreso
escribiendo y diciendo:
"Un amor que duele así:
No se apaga con una despedida"

AMANTE MÍO


Amante mío me llamaste en la parafernalia
de las caricias; y de tu ardiente boca con
besos sonando a hierba recién abriendo,
recogías el rocío fresco en la
corola de tu fertil cuesta.
Amante mío: sintiéndome sola no se por qué
presurosa voy temblorosa a tus brazos,
y voluptuosa, floto como perdida en la
geografía rocosa de tus manos, de tu tosco
cuerpo, de tu atrevida lascivia.
Y me provoca, y me trepo ansiosa por el
tesoro oculto con que llenas mi vida
romántica y sensible. Aceptando todo.
Aguardando en silencio con ilusión
furtiva, exclamándote cuanto te quiero.
Y así con la esperanza cifrada y encerrada en
sueños: dormida: a ciegas, sin ver nada
en íntimas confidencias, desnudamos el alma,
llenando las horas con nuestro amor eterno…

MUÑECA


Partiré en la mañana cuando el sol
esté en la mitad del cielo. Cuando los
astros del universo a los dados
no jueguen ni erosione el girasol.

Iré pedaleando en el esplendor
de tus caireles. Con ansias guardadas
ávidas del perfume de tus flores
que saben a victoria con honor.

Jamás te he pretendido con malicia
muñeca mía. Pero el deseo crece
de llevar caricia en la oscuridad;

Mi mente divaga en la inmensidad.
Con la intensidad apacible y ansiosa:
Para llenarte de amor esta noche...

¿QUÉ ES DISTANCIA?


En el crepúsculo agonizante
mis manos en los bolsillos
buscan una razón. Una definición
en el rasgado agujero de la tela
que solamente encuentra vacío.

Reconstruyo aquel rostro
que se ve dibujado espléndido en
la alegre luna, y mientras más
la miro en su distancia, en su
quietud, encuentro más soledad.

En mi mente y tal vez en mi corazón
tengo un recuerdo que pregunta
mucho por ti. ¡Qué decirle cuando
interroga el por qué no te ve! Si yo
mismo soy una constante pregunta.

Llevo tan dentro el amor incrustado
repicando su campana ávido de saber:
¿Qué es distancia? Sin embargo es
consuelo dejar una respuesta...
Distancia es: Ayer. Hoy. Mañana.

CORAZÓN NO TE CAIGAS




Hoy he paseado por la ribera
del río Cañete; hundiendo mis
pies he extrañado mi casa
venida abajo, y el pisco bebido
en la orilla de la incertidumbre,
me ha postrado entre la duda
y la existencia.

He reclinado mi alma en un tronco
anclado por el destierro, y al verlo
regado por cristalina corriente,
he escrito mi nombre en la verde
esperanza, he sembrado sueños
en primaverales cuestas, y siento
que llueve cuando estoy triste.

Levantando castillos, donde la vida
se cae. Llenando mochilas con las
palabras de siempre; con las negativas,
con la indiferencia. Bajo la sombra de
las presencias, que se caen levantando
lo caído. ¡Corazón no te caigas!
Tuyo es el viento…

LA TARDE


La tarde.
Tú y yo.
Enamorados.
Pensativos.
Reíamos al contemplarnos.
Sin embargo sentías al igual que yo:
la dulce melancolía del encuentro,
y un descanso para el gladiador corazón.

Cómo atrapar esos instantes
que pasarían. ¡Imposible!
Entonces toda tú.
Me parecías solo un sueño.

Y dudamos del amor
aquella tarde.
Y nos perdimos tomados de la mano,
con alguna esperanza aún…