Cada día que pasa valoro tus gestos,
eres mi confidente, mi guía al andar;
me siento alegre, me da seguridad,
saber que tengo, tu amistad.
Eres bondad. En ti no hay reproche.
Eres el agua que calma mi sed.
Eres abeja que nunca se cansa;
Eres abeja que nunca se cansa;
escuchas mis penas, mis alegrías.
Mis ocurrencias, confiados secretos,
duermen seguros, en cofre de pana;
la llave dorada, de nuestra amistad
escondida está, en tu intimidad.
Tu alma y la mía anidan tesoros,
aspiran perfume de blanca azucena;
no saben de infamias que causan rumores,
todo perdonan, todo comprenden.
Entre nubes y gloria encontramos respuesta,
en nuestros bagajes un ramo de olivo;
si necesitas mis manos abiertas.
Allí estaré...¡Cuenta conmigo!
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