El tiempo es un ritmo como olas del mar,
va y viene con el día y la noche,
En el intervalo del noble silencio,
la pasión se aquieta, nace el amor;
En la brizna de las flores
la larva de la cigarra se esconde;
esperando el momento
para salir a su corta adultez.
En los segundos, en los minutos,
escondo el paso de los latidos;
para que nazca el arco iris,
cuando la lluvia se haya ido,
En la dispersión de los colores
se compensan las desesperadas horas,
que pasan y marcan la cuenta,
y no habitan en el averno de mi memoria.
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