No me digas que te vas, pues tu
ausencia no ahuyenta mi presencia;
y, mientras más anuncias tu partida,
más despiertas mi paciencia.
Sé que detendrás tu precipitado apuro,
imagino tus momentos confundidos;
cuando intentes sembrar olvido,
no tendrás que decirme que te vas.
Piensa que este amor no es triste sueño,
ni tampoco golondrina pasajera;
no es una flor seca que cae,
porque la abeja no la besa a ella.
Y cuando la luz se haya hecho
día, no la envolverá la niebla,
el viento quedará quieto,
acariciándote porque no te habrás ido.
ausencia no ahuyenta mi presencia;
y, mientras más anuncias tu partida,
más despiertas mi paciencia.
Sé que detendrás tu precipitado apuro,
imagino tus momentos confundidos;
cuando intentes sembrar olvido,
no tendrás que decirme que te vas.
Piensa que este amor no es triste sueño,
ni tampoco golondrina pasajera;
no es una flor seca que cae,
porque la abeja no la besa a ella.
Y cuando la luz se haya hecho
día, no la envolverá la niebla,
el viento quedará quieto,
acariciándote porque no te habrás ido.
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