Mientras la luz de la mañana empieza,
en tus ojos he visto como se termina.
No atiné a decirte nada,
tan solo me dijiste:
¡Que te vas!
Quise interrumpir tu prisa,
decirte que en mi pecho hay cariño,
pero me dijiste:
¡Que te vas!
Sentí. Que sí te quisiste ir.
En busca de un techo
con alas de mariposas prestadas.
Y yo, me quedé aquí enamorado,
sentado con miedo en un rincón,
buscando una puerta,
¡Una explicación!
Hoy te recuerdo en sosiego,
en aquel tiempo a tu lado;
si con mirarte bastara,
quisiera siempre mirarte.
Pero no es posible.
Se cayó el nido.
Todo fue un sueño triste,
Todo fue un sueño triste,
un triste sueño de amor.
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