Ya que por siempre o algún tiempo,
no podía guardar la soledad entre
las hojas verdes del camino:
¡Tengo que visitarte!
Antes que me olvide de tu sonrisa.
Hoy recojo esa rosa plantada
en el jardín de la espera;
en su tallo siguen las espinas prestas
a destruir todo cuanto acerca malévolo.
Y tienen huellas.
Y el amor huella de la primavera,
muestra su rostro invadido de juventud...
Y el rosario de penas en las auroras,
mitiga elocuente oración en mi poema;
porque a pesar de todo, regreso
escribiendo y diciendo:
"Un amor que duele así:
No se apaga con una despedida"
no podía guardar la soledad entre
las hojas verdes del camino:
¡Tengo que visitarte!
Antes que me olvide de tu sonrisa.
Hoy recojo esa rosa plantada
en el jardín de la espera;
en su tallo siguen las espinas prestas
a destruir todo cuanto acerca malévolo.
Y tienen huellas.
Y el amor huella de la primavera,
muestra su rostro invadido de juventud...
Y el rosario de penas en las auroras,
mitiga elocuente oración en mi poema;
porque a pesar de todo, regreso
escribiendo y diciendo:
"Un amor que duele así:
No se apaga con una despedida"