sábado, 5 de septiembre de 2009

RAMERA



En el fondo del viejo edificio
una mujer reclama una manta,
necesita dormir como infanta
borrando que amar es un sacrificio.
La insultan tildándola de ramera,
la ultrajan unos hijos de perra:
olvidándose que ella es doncella,
y hoy está allí, por la botella.
Por qué no entras. Por qué no eres mi amigo.
Ven conmigo a mirar las estrellas.
Toma mis manos que las siento frías.
Si antes de despertarme me muero
quédate con mi alma y mi manta.
Que solamente estrellas...yo miro.

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