En el fondo del viejo edificio
una mujer reclama una manta,
necesita dormir como infanta
borrando que amar es un sacrificio.
La insultan tildándola de ramera,
la ultrajan unos hijos de perra:
olvidándose que ella es doncella,
y hoy está allí, por la botella.
Por qué no entras. Por qué no eres mi amigo.
Ven conmigo a mirar las estrellas.
Ven conmigo a mirar las estrellas.
Toma mis manos que las siento frías.
Si antes de despertarme me muero
quédate con mi alma y mi manta.
Que solamente estrellas...yo miro.
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