martes, 8 de septiembre de 2009

VEN...


Al abrochar mi pena en su partida.
Buscando rastros voy tras de las huellas.
Perdido voy en las noches de los tiempos.
En escenas delirantes de ausencia.

¡Eolo! Dios del viento escucha mi imploro.
Te pido me regales su regreso;
no dejes que me cubra el olvido,
ni me obnubile en el desconsuelo.

Esta historia que no tiene tiempo,
no se registra en algún momento ido,
camina buscando el sendero eterno.

Si mi mente delira en el encuentro.
Mi fuerza cae en el apasionamiento.
Ya no quiero más... Este sufrimiento.

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