miércoles, 2 de septiembre de 2009

CANTAR A FERMÍN


Domingo día de tertulia
sentado con su copa en mano,
con sombrero a la pedrada
saboreando la cosecha:
Fermín compartía;

Un intruso lo sorprendió:
¡Hombre dame esa copa!
mi caballo tiene sed,
verás que soy bien "macho",
como Atila en su marcha.

Inclinaron sus desgarbos
los cobardes del momento;
por las venas de Fermín
el vino fue vinagre,
fue resorte de su ira.

Directo un cross al mentón.
Dobló la rodilla el abusivo.
Levantándose con ironía,
lo retó para las ocho,
suficiente para cavar su fosa.

El noble Fermín no durmió,
caviló lo acontecido,
pero la hora transcurrió.
¡Mujer: regresaré por la tarde!
rosas te traeré de regalo.

Al llegar a la vieja plazuela
donde el encuentro es alegre
la gente en silencio aguardaba.
El sol con sus rayos calientes,
anunciaba la hora de inicio;

Los torsos de los contrincantes desvistieron.
Los puños tan rudos cerraron.
No pegar al caído advirtieron,
que la soberbia no enturbie el pecho,
ni el odio nuble el sentimiento.

¡Qué ceremonia para tanto derroche de virilidad!
La sangre y el sudor corrían por la cara.
El corazón pulsaba caliente de dignidad,
demostrando que cuando un hombre lucha,
es por la búsqueda de su verdad.

Uno...Dos...tres...¡No va más!
el Juez sentenció.¡
Me has ganado Fermín!...
toma mi copa, dame la mano;
ahora ya sé: que somos dos;

El caballo pajareó dando un relincho.
Con trote lento bajó por el valle
reluciendo las riendas de plata
dejó un estribo en el ring,
para que Fermín...¡Brinde su vino!

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