Frente al portal de mi casa,
mi frondosa tipa muestra su
corteza como diciendo: ¡Tengo
vida! y son veinte años aquí...
De enamorados colgando en ramas ilusión;
otros mitigando en resignación su decepción.
De palomas en cortejo, llevando en sus picos
pajitas para su lecho de amor;
En la sombra, los peregrinos mitigando su calor
Y, yo: quién te sembró; recibo tus hojas secas
que por el otoño vuelan hacia mí, y de las palomas
sólo excremento en el techo como gratitud;
Cuando por las tardes después del trabajo
manguera en mano me dediqué a ti, te hablaba
diciéndote cosas bonitas y tú crecías llenando de
contento mi abnegación…
¿Somos los dos víctimas de una quimera?...
O busquemos la manera de entendernos
reconciliándonos como ayer.
Curemos con cariño el desencanto.
Busquémonos y hallémonos solos en la ternura.
No tenemos que seguir viviendo entre extraños
Por que si ellos son felices; entonces Tú y Yo:
Festejemos los veinte años de existencia…
D.R.
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