Recreo los instintos cuando de amor hablo,
y los sentimientos buscan superficie como
por los techos la lluvia, se desliza la bondad,
la pasión, la ilusión; y en un rincón apoyada
en una silla duerme la soledad.
Deseos obsesivos bajan por escaleras de
hoteles que reciben con hostilidad a los
amantes, puritanos conciben como aberración
la búsqueda de la felicidad, en los rostros ese
poco de dicha y lágrima, es primavera lluviosa.
Que cae por los surcos donde el sufrimiento
ara amorosamente, tal vez buscando una
consumación espiritual, o un otoño angustiado
preguntando el por qué; o aquella gota de agua
que de tanto esperar se seca.
Así como la sanción que a la vida trunca, dejando
como fábulas palomas rojas sangrando.
Y los instintos al hablar de amor
moverán sus pasos:
Y eso los salvará.
y los sentimientos buscan superficie como
por los techos la lluvia, se desliza la bondad,
la pasión, la ilusión; y en un rincón apoyada
en una silla duerme la soledad.
Deseos obsesivos bajan por escaleras de
hoteles que reciben con hostilidad a los
amantes, puritanos conciben como aberración
la búsqueda de la felicidad, en los rostros ese
poco de dicha y lágrima, es primavera lluviosa.
Que cae por los surcos donde el sufrimiento
ara amorosamente, tal vez buscando una
consumación espiritual, o un otoño angustiado
preguntando el por qué; o aquella gota de agua
que de tanto esperar se seca.
Así como la sanción que a la vida trunca, dejando
como fábulas palomas rojas sangrando.
Y los instintos al hablar de amor
moverán sus pasos:
Y eso los salvará.
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