viernes, 4 de septiembre de 2009

EL DESOCUPADO


En el aeropuerto
en el ir y venir de mucha gente;
sólo, un caballero
esperaba el vuelo.
Parecía abstraído y triste.

Su cara apoyada
en la mano, empañados sus ojos.
En la fría mañana
marcando su partida,
lejos de su patria, hogar, sus hijos.

Anuncian el llamado.
Sin conocerlo
le doy un abrazo:
me dice hasta luego,
soy un desocupado,
honrado voy en busca de trabajo.

Y me quedo callado.
Me pregunto qué debemos hacer:
Si despertar el odio,
o maldecid el lodo,
o educar para el amanecer…

¡Cuándo pedagogía!
Serás ternura y no represión;
no mera elegía,
la metodología,
que nos consterna en la aflicción.

Diez son lo mandamientos.
Para qué queremos constitución.
No seamos ociosos,
Mentirosos, ladrones,
Los INCAS nos legaron… ¡Para qué!...

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