miércoles, 2 de septiembre de 2009

LA BODA


Con un beso corto como el momento.
Testimonio de justicia y razón.
En juramento ofrenda el corazón
su pudor misterioso, su contento.

Brillantes los anillos amalgama
encienden en los ojos insaciables
cristales, rompiéndose en los afables.
Y la azucena de pasión derrama....

Quizá algún pecado queda escondido.
O piadosamente queda olvidado
huyendo del recuerdo que desalma;

De la vida que engaña. Del revestido.
Del camino hacia la nada. Lo andado.
¡En dónde empieza el cuerpo! ¡En dónde el alma!

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