lunes, 7 de septiembre de 2009

EL SOL, LA ROSA Y EL LIRIO


¡Viendo el nacimiento de un niño!
He escuchado un sonoro llanto,
ese misterio me ha conmovido,
porque la vida se hizo milagro.

He visto correr la caliente savia,
por las vertientes de la blanca rosa;
pintada de púrpura escarlata,
el dolor se ha convertido en ternura.

Al abrirse la persiana temprano,
ha mostrado en capullo un lirio,
y los rayos del sol lo han abrigado.

El bombero ha pedido en ofrenda:
¡Bautízalo Señor esta mañana!
Que mi casco rojo sea. La esperanza.

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