lunes, 7 de septiembre de 2009

CÉLICO AMOR


Entre abrumadoras corrientes, enmarañado
en caudales violentos-arrasadores;
qué difícil es surcar en lo desconocido,
cometiendo torpes errores, que van
superficiales como en balsas atadas.

Y el remo bogando con una tensión
espiritual, como si alguien lo arrancara
de la mano para lanzarlo por un pongo
que abre su boca y no es artificial.
¡Dejadme navegar, no interrumpáis!

Dejad aquella garza blanca pensativa,
ancle su vuelo en mi barca tropical,
que tengo para dar: música, versos,
colecciones preciosas imaginarias.
Luna, en el pequeño puerto vacío.

¡Dejadme navegar, no interrumpáis!

No hay comentarios:

Publicar un comentario