jueves, 3 de septiembre de 2009

DESOLACIÓN


De las etéreas nubes arreboladas,
cae una tenue llovizna en lloro;
Y al correr por mi ventana,
en mis ojos también llueve.

Me consternan el alma y
en recuerdos me llevan.
Miro angustiado el vacío:
Me tienta, pero no me animo.

En el pávido momento veo un brillo
en sus alas,
un dijecito dorado que me irradia su luz.

Me induce a pensar que la vida
es bella, como hermoso el amor.
Y si se siente dolor:
Es por que en verdad se quiere.

Le hablo al hombre de la luna.
No sea burdo con ella.
Y con célico abrazo le dé...
su apacible candor.

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